Ante la pandemia, los demócratas han abogado por ayudas más generosas, más presión sobre las farmacéuticas para que bajen los precios y más atención al racismo sistémico en la atención de salud.

El 20 de enero, con el control del Senado y la Cámara de Representantes, tendrán el poder de elegir qué propuestas de salud se votarán en el Congreso.

Las victorias del reverendo Raphael Warnock y Jon Ossoff en Georgia dieron a los demócratas dos escaños más en el Senado y la ventaja en un Senado dividido 50-50. Cuando la vicepresidenta electa, Kamala Harris, jure el cargo, su voto servirá como desempate, convirtiéndose así en el voto 51 de los demócratas.

Pero este estrecho margen de votos no eliminará el “filibusteo” (discursos obstruccionistas y dilatorios), lo que significa que los demócratas no tendrán suficientes votos para aprobar muchos de sus planes sin los republicanos.

Eso pondrá en peligro muchas propuestas demócratas de salud, como la de ofrecer a los estadounidenses una opción de seguro público patrocinada por el gobierno, y complicará los esfuerzos para aprobar más ayudas para la pandemia.

Queda por ver si los legisladores serán más proclives al compromiso después que una turba pro-Trump invadiera el Capitolio, el 6 de enero, atacando a la policía y dañando propiedad federal. Hubo cinco muertos.

Los estrechos márgenes de los demócratas en el Senado y en la Cámara de Representantes — donde pueden permitirse perder cuatro votos y aun así aprobar una legislación— también darán más influencia a algunos legisladores que, al no estar de acuerdo con los líderes de sus partidos, tendrán un incentivo para impulsar sus propias agendas a cambio de sus votos.

Habrá poco espacio para los desacuerdos intrapartidarios; y los demócratas dejaron claro, durante las primarias presidenciales, que no están todos de acuerdo sobre cómo lograr sus objetivos de salud pública.

En menos de dos semanas, los demócratas dirigirán los comités encargados de establecer la legislación sobre salud y de examinar a los nominados de Biden en esta área.

El control del Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado pasará a la senadora Patty Murray, demócrata de Washington, quien negoció el acuerdo de 2013 con el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que puso fin a un largo cierre del gobierno, entre otros acuerdos bipartidistas.

En 2019, Murray y el presidente republicano del comité, el senador Lamar Alexander, de Tennessee, introdujeron un amplio paquete legislativo para reducir los costos de salud. Entre sus propuestas se encontraba una iniciativa para bajar los precios de los medicamentos recetados, mediante la eliminación de las lagunas legales que permiten a los fabricantes de medicamentos de marca bloquear a la competencia.

Durante una entrevista, antes de que los demócratas se aseguren el Senado, Murray dijo que el trabajo de su comité se centrará en los problemas que impiden a los estadounidenses recibir un tratamiento médico equitativo y asequible.

La prioridad, dijo, serán las disparidades raciales, evidenciadas por los desproporcionados índices de mortalidad entre las madres de raza negras, y entre las comunidades de color, que sufren los peores impactos de la pandemia de covid-19.

“No todos los que acuden al médico reciben la misma atención, sienten el mismo nivel de comodidad y muchas veces no se les cree”, dijo Murray.

Murray aseguró que presionará a los senadores para que consideren el impacto en las comunidades de color de cada pieza legislativa. “Esa será la cuestión en cada paso que demos”, añadió.

El miércoles 6, pidió a los republicanos que se incorporen a la lucha contra la pandemia “con políticas que ayuden directamente a los que más sufren y que nos ayuden a salir de esta crisis con más fortaleza y justicia”.

“Con una administración Biden-Harris y una mayoría demócrata en el Senado, los desafíos que enfrentamos no serán menores, pero finalmente tenemos la oportunidad de enfrentarlos y comenzar a tomar medidas”, declaró Murray. “Estoy deseando ponerme manos a la obra”.

El Comité de Finanzas del Senado, que supervisa Medicare, Medicaid y las políticas fiscales relacionadas con la salud, estará encabezado por el senador Ron Wyden, demócrata de Oregon.

Si bien el comité HELP también celebrará una audiencia de confirmación para Xavier Becerra, el candidato de Biden a la Secretaría del Departamento de Salud y Servicios Humanos; es el Comité de Finanzas el que votará para avanzar su confirmación.

En diciembre, los republicanos del Senado amenazaron con retrasar la nominación de Becerra antes de que Biden lo anunciara oficialmente. Los republicanos le reprochan a Becerra su falta de experiencia en el campo de la salud, cuestionan su apoyo a un sistema de salud de un solo pagador y se oponen a su defensa del derecho al aborto.

Como fiscal general de California, Becerra se enfrentó a las demandas presentadas por los funcionarios estatales republicanos contra la Ley de Cuidado de Salud A Bajo Precio (ACA).

Pero se espera que la escasa ventaja de los demócratas en el Senado sea suficiente para rechazar las objeciones de los republicanos a la nominación.

El mes pasado, Wyden alabó el compromiso de Becerra para responder a la pandemia, proteger la cobertura de los cuidados de salud y abordar las disparidades raciales; y dijo que esperaba con interés la audiencia de Becerra “para que pueda ponerse a trabajar y empezar a ayudar a la gente durante esta crisis sin precedentes”.

Además, después de meses de denunciar los fracasos de la administración Trump en el manejo de la pandemia, los demócratas controlarán qué proyectos de ley de ayuda se votarán.

El paquete del mes pasado no incluyó sus demandas de más fondos para los gobiernos estatales y locales, y los republicanos de la Cámara de Representantes bloquearon una iniciativa demócrata que pretendía aumentar los cheques de estímulo de $600 a $2,000.

Los demócratas se han unido en sus demandas de más ayuda, aunque a veces han estado en desacuerdo sobre cómo llevarla a cabo.

En el otoño, con las elecciones cerca y sin ningún acuerdo a la vista, los demócratas moderados, que buscaban ganar su propia elección, presionaron a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, para que abandonara las negociaciones por un paquete de ayuda de $2,2 billones, que los republicanos calificaron como un fracaso, y aprobara una ayuda más modesta pero desesperadamente necesaria.

“Tanto el liderazgo demócrata, como el republicano, ha metido la pata. Todos son responsables”, declaró a Politico el representante Max Rose, demócrata de Nueva York. “Hagan algo ¡Hagan algo!” Rose perdió la reelección.

Voces más progresistas, como la de la representante Alexandria Ocasio-Cortez, demócrata de Nueva York, y el senador Bernie Sanders, independiente de Vermont, han presionado a favor de una ayuda más generosa, con mayores cheques de estímulo.

Más allá de la pandemia, el liderazgo demócrata ha mencionado el precio de los medicamentos como otra área de acción. Pero una de sus propuestas más populares, que autorizaría al gobierno federal a negociar los precios de los medicamentos para quienes están en Medicare, es poco probable que atraiga los votos republicanos que necesitaría.

Cuando los demócratas de la Cámara de Representantes aprobaron una de estas propuestas en 2019, los senadores republicanos aseguraron que ellos nunca la aprobarían.

Los miembros del ala más progresista de los demócratas, por su parte, argumentaron que la propuesta no era suficientemente agresiva.

Sin embargo, después de años de esfuerzos republicanos por socavar ACA, parece probable que la estabilización de la ley pueda cobrar fuerza en un Congreso controlado por los demócratas.

La Cámara de Representantes aprobó, el verano pasado, una legislación destinada a aumentar la cobertura y la asequibilidad, incluyendo la limitación de los costos de los seguros a no más del 8,5% de los ingresos y la ampliación de los subsidios.

Legisladores como Murray y Wyden se han apresurado a señalar que las consecuencias devastadoras de la pandemia, la pérdida de puestos de trabajo y la pérdida de cobertura del seguro, por nombrar sólo dos, han puesto de relieve la necesidad de fortalecer el sistema de salud.

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